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Entrevistas al autor


Cabrera cree desastrosa educación dominicana

por Faustino Pérez

¿Desde la perspectiva de la revista Caudal, ¿cómo percibes la evolución de la educación dominicana?


La evolución de la educación dominicana me parece francamente desastrosa. Y alarmante. Y no hablo sólo desde la perspectiva de Caudal, como editor y director de Caudal, sino además desde la perspectiva que me da el ser profesor universitario con ya largos años de docencia en el país. Un ejemplo. Hoy te puedes encontrar con un alumno de clase media alta (es decir, que se ha formado en costosos colegios privados) que escribe su propio nombre (digamos José) con minúscula y sin acento; y “republica dominicana”; y “maria es Dominicana”. Esto por quedarnos en la parte más externa del idioma: la ortografía. Imagínate cómo andamos en los demás estratos de la lengua.

¿Qué me cuentas de la cultura dominicana?

¿En qué sentido? ¿Y cuál cultura? ¿La popular, la libresca, la alta cultura académica o científica?
Si te refieres a la Cofradía del los Congos del Espíritu Santo de Villa Mella, pues ya vez, fueron declarados no hace mucho por la Unesco patrimonio oral e intangible de la Humanidad. Y ahí tienes dentro de la música folklórica a un super star como Juan Luis Guerra, de gran creatividad y proyección internacional. Fuera de estos ejemplos, ¿cuáles otros podríamos señalar de verdadera relevancia universal, es decir, de verdadera trascendencia para la Humanidad en su conjunto, que hayan salido de nuestro crisol, de nuestro suelo patrio?

¿Es Caudal una revista elitista?

No, para nada. Su público es muy amplio y variado y precisamente por eso la revista se ha mantenido y ha logrado persistir en el tiempo. Caudal llega a muchas personas de muy variada condición. No es una publicación para intelectuales ni para literatos. No al menos exclusivamente.

¿Qué significa para ti la revista Caudal?, y ¿cuál consideras su aporte?

Bueno, la revista significa para mí muchas cosas. Es un espacio en el que publicar (yo y los demás); es un ágora abierta y libérrima, un lugar de encuentro, donde puedes proyectar tu voz; es un objeto bello en si mismo. También es una empresa cultural relativamente exitosa y que ha logrado hacerse mayorcita y generar credibilidad y respeto. Caudal supone asimismo un verdadero reto (tanto en el aspecto intelectual como en el de la gestión administrativa y financiera) que ha logrado hacerme mejor persona: me ha templado el espíritu, me ha hecho más paciente y comprensivo y muchísimo más tolerante. Su aporte, íntimamente ligado a todo esto (ya contesté esta parte) es ése: brinda a los autores dominicanos un espacio en el que publicar, divulga sus producciones aquí y en el extranjero (y esto cada vez más), los proyecta y los da a conocer. Caudal es una gran embajadora de la cultura dominicana (literatura y artes visuales) y caribeña con presencia en importantes centros de cultura internacionales: Biblioteca del Congreso de Washington, Instituto Iberoamericano de Berlín, Casa de las Américas, Central de Bibliotecas Públicas de Madrid, etc. A la vez trae y da a conocer los trabajos de autores de fuera, tanto latinoamericanos como europeos. Y siempre a dado cabida al talento joven, lo cual es muy importante.

¿Piensas que Caudal va a trascender?

Sí, desde luego que sí. De hecho, tras siete años de andadura, editándose de forma ininterrumpida trimestre tras trimestre, y con un sostenido nivel de calidad (textos, imágenes, diagramación, impresión) y de probada honestidad intelectual, queda definitivamente inscrita en la cultura del país y del Caribe: no son muchas las publicaciones de esta naturaleza que perviven y persisten, y esto históricamente, y Caudal ha logrado mantenerse y encima mejorar con el tiempo y llegar cada vez a más y más lectores dentro y fuera del país.

Como amante del arte y que te que preocupa ilustrar bien la revista que diriges, ¿qué artistas te gustan o te comunican algo?

Si te refieres específicamente a los ya numerosos artistas visuales que han ilustrado los diferentes números de la revista durante estos siete años, todos me resultan en extremo atractivos y estimulantes. Cada uno en su personal y definido estilo. No te doy nombres porque tendría que decirte (nada más y nada menos) que alrededor de 20 (ya que algunos han ilustrado hasta tres números de la revista), y esto sería tedioso para los lectores. Sí quiero decirte que creo que cada número de Caudal es tremendamente atractivo y se configura como una auténtica pieza de colección gracias a la labor de estos generosos artistas a los que aprovecho la ocasión para manifestarles aquí una vez más mi más profundo agradecimiento por todo lo que le han aportado a 
Caudal.

¿Existen algunas rivalidades entre los directores de las revistas literarias dominicanas?

¿Rivalidades? No, de ninguna manera. Para nada. Yo personalmente, con mis muchas ocupaciones, no tengo tiempo para dilapidarlo en ese tipo de acciones o de no acciones. O de acciones estériles, nefastas y sin sentido. Mira: si algo me ha enseñado Caudal durante estos años, además de lo que te señalaba mas arriba, es que si quieres hacer algo debes sumar, no restar. De modo que siempre le he tendido la mano a todas aquellas personas que hacen algo valioso y pueden aportar algo a la revista. Caudal es de hecho un gran colectivo, y sin ese amplio y nutrido colectivo (por fortuna en permanente crecimiento), no sería posible Caudal. Ahora bien, si creo sinceramente que es una pena que sean tan pocas y escasas las revistas literarias (y no literarias) en la República Dominicana de hoy, y que además no exista una Asociación de Revistas Culturales a la fecha que nos fortalezca y nos haga crecer a todos, e institucionalice los lazos de colaboración e intercambio que sería deseable que existieran entre todas las publicaciones existentes.

¿Cómo surge la idea de publicar Caudal?

Surge en 2001, buscando hacer realidad un largo anhelo: publicar mis propios trabajos y y dar a
conocer los trabajos de los demás. Los de los demás por estar completamente convencido de que esto es bueno para la Literatura y, por tanto, para todos. Los trabajos de los otros que publico y doy a conocer potencian mis propios trabajos. Los lectores que tú ganas como Faustino Pérez más tarde o más temprano podrán ser también mis lectores. O al menos algunos de ellos. ¿No? Por eso es tan ridículo y estúpido sin más mantener comportamientos mezquinos y egoístas. Siempre he amado las revistas, y los libros, y la cultura y la creación. Escribo y soy profesor universitario, de escritura específicamente. Era obligado que buscara crear un espacio como Caudal: un ágora abierta a todos donde resonara con fuerza la creatividad y la buena literatura.

¿Recibes algún apoyo de la secretaría de cultura, o de algún otro sector oficial? ¿a qué atribuyes eso?

No, para nada. Eso no se ha producido nunca en ninguna medida durante estos siete años (2002-2008) en los que Caudal ha vivido los gobiernos de dos diferentes partidos del espectro político nacional: PRD primero y PLD después. Y la verdad es que ya para nada (si te he de ser sincero) me interesa que se produzca este apoyo. Pero ¿a qué podríamos atribuir la falta de apoyo de la cultura oficial a 
Caudal? Yo la atribuyo a que Caudal, sin alharacas ni estridencias, sin insultos ni descalificaciones personales, ha mantenido siempre y desde sus inicios una actitud firmemente independiente y notoriamente crítica. Y al Poder eso nunca le ha gustado, nunca ha visto eso con buenos ojos. No se me ocurre nada más para explicar el singular fenómeno. A no ser que la causa sea simple inoperancia o la más lamentable indiferencia por una revista cultural que (lo digo sin falsa modestia) se ha configurado con el tiempo en una de las más importantes y sólidas instituciones culturales del país.

Según tu opinión, ¿cuál es el rol que debe de desempeñar el escritor en un país subdesarrollado?, ¿no crees que tenemos una "inflación" de poetas malos?

Bueno, no sólo de poetas. ¡Pobres poetas! ¿No? Por lo que respecta al papel que debería desempeñar un escritor en un país subdesarrollado, a mi modo de ver es simple y claro: el mismo que en un país desarrollado: hacer la obra más valiosa, valiente, crítica y auténtica e innovadora de que sea capaz. Y que muestre en ella al ser humano en toda su real verdad y hondura, de modo que en algún momento y en algún tiempo alguno de sus paisanos se mire en ese espejo y se decida a vivir de una manera auténticamente humana y ponga en ello todo su empeño.

¿Quién es Carlos Enrique Cabrera realmente?, o ¿cómo te percibes a ti mismo?

Estoy tentado de darte una respuesta que me gusta mucho, que le oí un día al poeta español Jorge Guillén (cuando ya muy mayor volvió de su largo exilio a su amada tierra), en una entrevista en Televisión Española. “¿Y usted qué es, cómo se define?”, le preguntaron. Y él respondió: “Yo sólo soy una persona decente”. Bueno, me percibo así, como una persona decente. Y como un ser pensante, como un ciudadano…

¿Qué otras actividades culturales realizas?

Además de editor y director de Caudal he publicado ensayos y cuentos en diferentes medios nacionales y en Internet, y el libro Reflexiones de bolsillo (2002). Asimismo, mantengo un blog personal (“Conjuros”) en “La Comunidad” del diario madrileño El País. Soy también profesor a tiempo completo del Área de Humanidades del INTEC desde 1994 y durante un tiempo fui editor de la página Web de la Universidad.

¿Deseas añadir algo más?


Sí, quiero darte las gracias por tener la gentileza de brindarme este espacio y tu tiempo y tu interés. Ah, y también quiero agradecerte públicamente el apoyo que siempre le has brindado a Caudal con tus trabajos. Eso es algo que siempre aprecio y agradezco de corazón.

_____
Entrevista realizada por Faustino Pérez
Dario DigitalRD.Com
SANTO DOMINGO, 27 de julio 2008
Mira aquí la entrevista original: Diario DigitalRD

Puedes ver otras entrevistas al autor en:

Cambio RD (pdf)
Con el empuje de los ángeles

En revista Agulha
Con el empuje de los ángeles


Por Marisa Caballero


Comentarios

  1. En este mundo ser una persona decente tiene mucho mérito. Ánimo

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  2. En este mundo ser una persona decente tiene mucho mérito. Ánimo

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