Es sin duda cada vez mayor el número de personas convencidas de que en este mundo de hoy todo es perfectamente posible: el mayor horror y todos los horrores. Ello explica que cuanto circula en los medios de comunicación de masas (sea cual sea su naturaleza y su grado de credibilidad y verosimilitud, su grado de maldad y perversión, su dosis de horror), siempre encuentre fervorosos creyentes convencidos que, además, lo difunden y propalan prestamente a los cuatro vientos por sus propios medios con gran entusiasmo. “El terremoto de Haití del 12 de enero de 2010 fue provocado artificialmente por los norteamericanos haciendo uso de una novedosa, terrible y potente arma.” Ésta noticia circuló por Internet al poco tiempo de producirse el lamentable y dramático suceso. Y muchas personas (ganadas en su credibilidad) la difundieron y comentaron dándola por buena y válida, por absolutamente real. O al menos, como perfectamente “posible”... El mundo en el que
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