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Entradas

Tiempos Difíciles de Carlos Enrique Cabrera Por José G. Guerrero   Hard Times , Tiempos Duros, es una novela de Charles Dickens que critica la sociedad inglesa de 1854. Su autor, que trabajó cuando niño y vivió en la cárcel junto a su padre, denunció la insensibilidad social, la ambición personal, la evasión alienante, la educación represiva y las redes sociales excluyentes con la disyuntiva: “depende de ti o de mí que estas cosas sucedan o no en nuestras esferas de acción”. Su objetivo no era cambiar el mundo –es éste que nos cambia- sino “recrear” otra realidad posible. Hard Times es también un blues de negros vagabundos que denuncian su dolor y soledad en los Estados Unidos.       Tiempos difíciles es la obra de Carlos Enrique Cabrera, filólogo dominicano, profesor del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y editor de la revista Caudal. Tiene el tono de la denuncia social de Dickens y el dulce amargo del blues. No es optimista ante tantos problemas, ni pesimista ante
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Pasión de los conjurados

Por JOSÉ M. FERNÁNDEZ PEQUEÑO         El cuento es género contradictorio y rebelde. Mientras constituye quizás la modelación genérica más estricta dentro de la ficción narrativa, rechaza también con pasmosa violencia cualquier intento de cristalización expresiva. Por eso ninguna definición le ajusta bien: basta que alguien quiera apresarlo con las armas de la conceptualización, para que él se sacuda y nos deje un reguero de muestras que escapan al inmovilismo de las clasificaciones. Quien anduvo por esos territorios, a un tiempo delineados e imprecisos, sabe la disciplina que exige escribir un cuento: ese hilo de tensión que necesita ser mantenido a cualquier precio, ese arco voltaico que une como dos polos el principio y el final de la narración, ese asombro cuyo resultado más genuino es la sospecha de que el verdadero cuento sigue ocurriendo más allá del punto final, subsumido en alguna zona imprecisa del lector. Casi todos sus cultores más valiosos han pugnado contra esa

Novelas

N ovelas Variación sobre un tema de Lydia Davis La novela que traje conmigo para pasar las vacaciones de verano en la playa ha resultado ser horrible: enmarañada y soporífera. La cojo todos los días un buen rato por las mañanas queriendo terminarla (quitármela ya de una vez por todas de encima) pero a cada nuevo intento su lectura se me hace más cuesta arriba. Al final me he dedicado a reescribirla con sinigual interés y entusiasmo y me está saliendo una novela de maravilla… !Justo la novela que me hubiera gustado haber traído para pasar las vacaciones en la playa!…

Lil y la gallina

Cuando Lil  vio a su madre atrapar a la gallina en el patio  con la evidente intención de cocinarla  al mediodía, tuvo claro que debía  liberarla. Aprovechó un descuido de la asesina  -que ya había amarrado la gallina a una pata de la mesa de la cocina-,  y la rescató.  Lil tenía muy  buenas razones para actuar de aquel modo. La gallina era linda,  prodigaba un cariñoso cuidado a sus polluelos y,   sobre todo -¡esto era lo esencial!-, la quería mucho a ella. Y Lil   también quería mucho a la gallina, tanto o más que a su hermanita  Marian, que era  una completa insoportable.  ¡Esta noche la llevaría en secreto a dormir con ella en su cama!

Voces con caudal: entrevistas y crónicas (Intec, 2017)

Niña con muñeca de trapo

VEO    una niña que carga o agarra o sujeta bajo el brazo una muñeca de trapo y me emociona tanto la emotiva y tierna imagen que me veo compelido a  indagar de dónde me llega tan honda y grande emoción. Luego de un tiempo de atenta contemplación, algo me resulta obvio:   la niña no carga ni sujeta ni agarra una pertenencia o una propiedad, algo material, un objeto inanimado, y  ni siquiera un “juguete”. No. Desde la total entrega de su inocencia, la muñeca de trapo (“su muñeca”) es para la  niña un ser tan “vivo”  y “real”  como ella misma… La niña ha incorporado  la muñeca a su propio ser, a su propia humana sustancia, a su propia alma, y una a la otra –sin la menor resquebrajadura– se pertenecen por igual…  Y  si de pronto (esto me queda muy claro mientras la observo) la niña se viera obligada a separarse de su muñeca por cualquier motivo o circunstancia (destrucción o pérdida), un lacerante dolor desgarraría su infantil corazón y su frágil y tierna almita quedaría

Palabras

¿QUE hacer con las palabras que no sea soltarlas al viento o asentarlas en  papeles que  en un cajón olvidados amarillearán de viejos ? ¿Lograremos alguna vez que atrapen nuestros sueños  como atrapa  una atarraya los  peces rebullentes  en el  mar infinito y los encarnen en la realidad en esta por fin  los materialicen ?