Ir al contenido principal

Accidente


YA que ha sido terrible, hijo, pero las cosas cuando pasan, pasan, y ya está, no hay que darles más vueltas, nada gana uno con atormentarse. Lo que te ha ocurrido  (créeme) me duele como si se hubiera producido en mis propias carnes. Pero ¿qué podemos hacer ya si no asumir el hecho  con la mayor entereza y valentía y evitar en lo posible que las cosas vayan a peor? Porque todavía pueden ir a peor, hijo, tenlo por seguro, pues la tensión en la que la pobre Gracielita habrá de vivir en lo adelante no será poca, lo que te la puede llevar fácilmente a cometer cualquier irreparable locura, cualquier disparate. De manera que (así  lo entiendo yo, hijo) debes prodigarle a la pobre muchacha todo el amor del mundo sin desfallecer un solo día, y cuando salgas de aquí dado de alta ni por asomo se te puede ocurrir dejarla sola por un solo  instante, pues aun siendo ella como es una joven sensata y con bastante buen seso y sentido de las cosas, no deja de ser mujer, y, como salta a la vista, en sus mejores años, con lo que hasta lo más terrible tendrías que perdonárselo, pues no sería más que la consecuencia lógica de la terrible situación en la que los dos se hallan inmersos en estos duros momentos...
Y mira, yo creo (a esta  idea le vengo dando vueltas desde que me enteré del doloroso suceso) que sería una muy buena cosa que buscaras la manera de convencer a Gracielita  de  que adopten un muchachito ajeno para criarlo  como propio. Una criaturita en la casa le daría sentido tanto a la vida de  ella como a la tuya propia y, además, te la mantendría ocupada todo el tiempo y con la mente distraída y apartada de lo “otro”, lo que en las actuales circunstancias, hijo, la verdad, no es poco...
Y ya no veo que más  podamos hacer que te sea de  real beneficio y provecho en este dificilísimo trance, hijo. Al perro lo mataste con tus propias manos en el en el acto y en el mismo lugar de los hechos, sobreponiéndote como todo un valiente, con extremos arrojo y coraje, al dolor lancinante y al no menos doloroso espectáculo de ver tu propia sangre manando a borbotones de la espantosa herida. Fue sin duda un acto de gran virilidad y valentía que (quiero decírtelo ahora a boca llena, hijo) me inflama el pecho de legítimo orgullo de padre... “De tal palo, tal astilla”, me dije y me digo y me sigo diciendo. Pero tu heroico acto (no puedo  engañarte, Pablo) no te devolvió lo que perdiste ni ya nada habrá de devolvértelo, nunca,  hijo. ¡Así de simple!
Es esta  la cruda realidad con la que debes aprender a convivir en lo adelante, entendiendo que ése que perdiste no es el único placer que puede brindarle a un hombre la vida y dejando a un lado, de una vez por todas y para siempre (por mí y por Gracielita que te queremos tanto, pero sobre todo por ti mismo, hijo, que todavía tienes una larga y próspera vida por delante…), esas terribles ideas de suicidio que sé que te andan rondando por la cabeza…




Comentarios

  1. Profesor Carlos,

    Heme aquí leyendo una vez más este Accidente que, a medida que comienza una leída más, no termino de inferir la conclusión del mismo. Volver a leer sólo me lleva a replantearme los hechos, obtener las más diversas conjeturas y, sin duda alguna, hacerme creer que estoy inmerso en un cuento nuevo una y otra vez.

    ¡Excelente!

    Finalmente, me quedé con la versión del joven que da muerte al perro de su hermana menor a causa de una mordida accidental.

    PD: Aquí está el blog del que le hablé: http://eduardobello.wordpress.com

    Espero sus comentarios.

    Sin más por el momento,
    Eduardo B.

    ResponderEliminar
  2. Me llamo la atencion este cuento, el suspenso con el cual empieza, quien se hiba a imaginar que era de una mordida de un perro a gracielita lo cual llame la atencion con su inico y tenga un final asi sintiendose culpable por la muerte de este.

    ResponderEliminar
  3. Me agrada el inicio de este ya que posee un suspenso el cual llama la atencion desde el principio, no me imaginaria que era de un perro de quien hablaban y se sintiera esa culpabilidad por la muerte de este.

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Déjame tu valioso comentario

Entradas populares de este blog

El solitario

HACE ya mucho tiempo que la gente dejó de interesarme. No es que viva solo, no es que viva aislado, apartado del mundanal ruido y sus afanes. No. Simplemente me muevo entre mis congéneres como si éstos no existieran. Mejor aún: para mí en verdad ya no existen. Aun cuando los pueda tener aquí al alcance de la mano, no los tomo en cuenta para nada. Ni para lo bueno ni para lo malo... Nunca. Esta actitud mía puede parecer exagerada, penosa, triste, incluso verdaderamente dramática (sobre todo si se toman en cuenta los vínculos tan profundos que en otros tiempos me ligaron a esta gente, vínculos que en mi ingenuidad y candor yo llegué a creer indisolubles, eternos…), pero la realidad es que no lo es en absoluto. Todo lo contrario. Mi actual  actitud es justamente la que debo adoptar, y bien a las claras la misma ha sido decisiva para la preservación de mi salud mental  y para mi desarrollo y crecimiento personales. ¡Que ya se sabe: Más vale estar solo que mal acom...

Biografía

Carlos Enrique Cabrera nació en La Vega, República Dominicana. Se licenció en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid (España) y realizó estudios de Bibliotecología y Documentación en instituciones educativas de esa capital europea. Durante años se desempeñó como bibliotecario de la Red de Bibliotecas Públicas de la Comunidad Autónoma de Madrid y como colaborador externo de importantes editoriales españolas (Editora Nacional, Plaza y Janés, Alfaguara, Playor). En la actualidad, es profesor a tiempo completo del Área de Humanidades y Ciencias Sociales del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). En 2001 fundó la revista de letras, artes y pensamiento Caudal, que bajo su dirección, lleva publicados 29 números. Ensayos y cuentos suyos han aparecido en diversos medios impresos y digitales y son de su autoría los libros Reflexiones de bolsillo (INTEC, 2002). Tiempos difíciles: ensayos sociales, culturales y filosóficos (INTEC, 2010) y el conjunto de micro...

Enlaces

Te presento aquí algunas Páginas amigas en las que puedes leer trabajos de mi autoría, así como otras que enlazan el blog de la revista Caudal y otras más que me parecen de verdadero y real interés Agulha Revista de poesía Bohemia Érase Cine, letras, música, fotografía , etc... La Bisagra Cinosargo Mordiendo el arte Conjuros Blog del escritor Carlos Enrique Cabrera Cruzagramas Escritores en busca de alternativas Cuentos y más Destiempos Revista de curiosidad cultural Editorial C&M Blog Eldígoras Hojas de lengua, literatura y arte Enredos y Madejas Letras para una revista Escritores.org Es una Web creada en 1996 que ofrece recursos para escritores Intec Biblioteca Isla Negra Casa de poesía y literatura El Laberinto de Ariadna Asociación Cultural Letralia Tierra de Letras: la revista de los escritores Hispanoamericanos en Internet Mondo Kronhela Literatura Mundo Du Cuentos breves, relatos sorprendentes Neoim...