es la sal del gusto el ser querida: que daña lo que falta y lo que sobra. SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ MI AMADA compañera la maravillosa mujer con la que comparto mi vida le echa demasiada sal a la comida Lo que me lleva a preocuparme seriamente por su salud y bienestar Ya se sabe: la oclusión de venas y arterias la tensión sanguínea que se eleva el mayor esfuerzo del corazón Pero también me inquieta sobremanera saber que esta predisposición insana es indicio claro de que mi amada (como gran fumadora que es) ha venido perdiendo paladar Entonces yo me pregunto Intrigado, el susto metido en el cuerpo ¡Ah! ¿y a qué le estarán sabiendo mis besos, podrá todavía saborearlos con deleite?
ESCRITOR