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Las manos

La palma, el dorso, los dedos –cuatro esbeltos y uno regordete– Las uñas recias y relucientes El bello sutil y suave Las líneas entrelazadas de la palma Las concéntricas de las yemas El notable cambio de color del reverso al dorso Las azules y palpitantes venas Los movimientos gráciles de las complejas y sutiles articulaciones: la de los dedos y la de inserción en el antebrazo que conforma la muñeca Estos apéndices nuestros (tan familiares que por lo general nos resultan del todo Insignificantes e indiferentes) nos hablan de un mundo tan pleno de reminiscencias enigmas y arcanos como nuestra propia alma como el mismísimo Universo.

son

Tomo tu mano. Regular el pulso de tu sangre percute tus venas. El ritmo de son ardiente de tu corazón me anega. Y ahora todo nuestro amor es música, suave y cadencioso son de corazón.

Poemas

Aunque en verdad no me considero poeta ("gracia que no quiso concederme el cielo", como dijera nuestro venerado Manco de Lepanto), en alguna ocasión la estricta musicalidad de las palabras me gana y olvidado de todo y, más que nada, de toda pretensión , dejo correr la pluma o el teclado al ritmo que se me impone. He aquí algunas muestras de la singular experiencia... Ahora Son Las manos Tango Asombro Lluvia Todo es igual Dosis letal A una gota de agua Tinieblas Una manera de estar en el mundo Abuso de la sal Rescates El arquero Fin de semana Soledad (2) Amantes  Desencuentro

Cuentos

Accidente El solitario C amión