Aunque en verdad no me considero poeta ("gracia que no quiso concederme el cielo", como dijera nuestro venerado Manco de Lepanto), en alguna ocasión la estricta musicalidad de las palabras me gana y olvidado de todo y, más que nada, de toda pretensión, dejo correr la pluma o el teclado al ritmo que se me impone. He aquí algunas muestras de la singular experiencia...
Ahora
Son
Las manos
Tango
Asombro
Lluvia
Todo es igual
Dosis letal
A una gota de agua
Tinieblas
Una manera de estar en el mundo
Abuso de la sal
Rescates
El arquero
Fin de semana
Soledad (2)
Amantes
Desencuentro
Ahora
Son
Las manos
Tango
Asombro
Lluvia
Todo es igual
Dosis letal
A una gota de agua
Tinieblas
Una manera de estar en el mundo
Abuso de la sal
Rescates
El arquero
Fin de semana
Soledad (2)
Amantes
Desencuentro