CÓMO llegar a ser capaces de pensar, de razonar, de conceptualizar? ¿Cómo lograr tener un pensamiento propio, rico y complejo y conseguir expresarlo y comunicarlo con precisión y eficacia a los demás? Sin duda es este un arduo y duro proceso que exige constancia, tenacidad, método y rigor; los que sabemos son los valores epistemológicos o de la ciencia, a los que se llega tras largas horas de lectura, de estudio, de observación atenta y concentrada de la realidad, así como de un ejercicio continuado del pensar mismo en la reposada paz del silencio y de la soledad, pues todos los elementos contrapuestos a éstos están reñidos de forma drástica con el devenir del pensamiento. Son muchas, pues, ciertamente, las capacidades que hay que desarrollar, pulir y cultivar para alcanzar el alto logro de pensar con propiedad, con elegancia y soltura y, sobre todo, con verdad, clarividencia y humana comprensión: capacidad de observación, de síntesis, de análisis o descomposición en partes, de ab
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