Ir al contenido principal

Entradas

Soledad (2)

Por qué pensar sentir la soledad como un mal como un castigo como una condición penosa del azaroso vivir de la criatura humana como una cruz que se nos impone y pesadamente llevamos a cuestas No es la soledad pesadumbre y dolor espacio estéril de extrema cerrazón que nos constriñe el alma Es por el contrario fértil territorio propicio para el hondo sereno reflexionar para el más excelso crecimiento del ser Activo fermento que favorece la eclosión de los más valiosos frutos de la creatividad humana De hecho, su indispensable condición.

Fin de semana

ESPERO que el domingo ha ya sido bueno a  pesar de la presencia de esa tormenta que pesó todo el tiempo sobre la ciudad y su atmósfera y que luego apenas sí derramó unas gotas… Y que a despecho de su agria cara de lunes el lunes que se aproxima sea maravilloso y lo podamos disfrutar al máximo Ah, ¿sentiste el temblor el sábado? Yo tampoco lo sentí, dormía la siesta, Y sólo al levantarme me enteré de lo ocurrido por la Red... Como tú mi compañera y yo nos mantuvimos todo el fin de semana recluidos en la casa (la calle en verdad no está aquí para muchas fiestas: o te atracan o te matan o te puedes ver envuelto en cualquier lío feo…) y salvo la música, las películas, las lecturas, las conversaciones siempre ricas y animadas los sabrosos imaginativos platos que elaboramos y las inefables recompensas del amor nada pasó de extraordinario… Lo más reseñable fue sin duda ese temblor de tierra cuyo epicentro estuvo en Barahona

Final

AL FINAL se había visto obligado a hacer público el secreto que durante cuarenta y cinco largos años había ocultado a todos y aún incluso (era lo peor) a sí mismo. Ante la expectante muchedumbre que colmaba la plaza, lo reveló. Él no era más que una apariencia, un simulacro, una engañosa proyección tridimensional. Su esencia y concreción material residía en ellos: los ciudadanos, el pueblo. Y conforme sus palabras –amplificadas en la plaza por potentes altavoces y difundidas al país a través de los medios– fueron comprendidas y asimiladas, todos vieron (les tomó su tiempo darlo por real y cierto) cómo el atroz y sanguinario tirano se deshacía en el aire, no dejando tras de sí más que su abominable memoria.

Delirio

ESTOY tendido boca arriba sobre la tierra calcinada y no puedo moverme. El calor me abrasa. Tengo los ojos, la boca, la garganta resecos y retostada la piel. Ardo en fiebre. No sé desde cuándo no bebo agua ¡y cómo la preciso! –¡Agua, agua, agua…! Nadie aquí puede proporcionármela. ¡Nadie! Mis compañeros están en aún peor estado que el mío: yacen a mi alrededor sepultados bajo toneladas de escombros y retorcidos metales humeantes. Mi única salvación, que el cielo descargue un fuerte aguacero que calme mi sed, lave mi cuerpo, sane –milagroso bálsamo– la terrible herida que abrió en mi pecho el obús… ¿Siento ya el agua caer o es delirio mío…? _____ Imagen: Otto Dix, Soldado herido (otoño de1916, Bapaume)

Abuso de la sal

es la sal del gusto   el ser querida:                                           que daña lo que falta y lo que sobra.  SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ MI AMADA compañera la maravillosa mujer con la que comparto mi vida le echa demasiada sal a la comida Lo que me lleva a preocuparme  seriamente por su salud y bienestar Ya se sabe: la oclusión de venas y arterias la tensión sanguínea que se eleva el mayor esfuerzo del corazón Pero también me inquieta sobremanera saber que esta predisposición insana es indicio claro de que mi amada (como gran fumadora que es) ha venido perdiendo paladar Entonces yo me pregunto Intrigado, el susto metido en el cuerpo ¡Ah! ¿y a qué le estarán sabiendo mis besos, podrá todavía saborearlos con deleite?

Tinieblas

EL cielo apagó de repente  todas sus luces sol luna estrellas luceros Dejándonos sumergidos en la más espantosa oscuridad Desde entonces Nadie   aquí halla sus pertenencias Ni los caminos que a ellas conducen Ni  da con los otros Ni se encuentra a sí  mismo.